Termostatos analógicos

Los termostatos analógicos constan de una ruleta con la que poder variar la temperatura deseada. Se han utilizado durante años, demostrando gran eficiencia, aunque, a día de hoy, con el gran desarrollo de las tecnologías, tienen bastantes limitaciones.

La temperatura de confort recomendada para maximizar la eficiencia de los sistemas de calefacción no debe superar los 21ºC. Por cada grado que se reduzca se consigue un 7% de ahorro del consumo en calefacción. Cuanto más preciso sea el termostato más fácil será, por tanto, conseguir mayores valores de eficiencia, llegando incluso a ahorros del 30% en la factura de la calefacción. Con los termostatos analógicos la precisión en la regulación de la temperatura de confort es muy restringida.

Termostatos digitales

Actualmente, los termostatos que existen son en su mayoría digitales. La ventaja de los termostatos digitales es que muestran en una pantalla una información mucho más completa y tienen más funciones de control. Además, los termostatos digitales suelen ser a la vez programables, por lo que los controles serán más precisos y los ahorros energéticos conseguidos serán mayores.

Estos temostatos están conectados por WiFi a la caldera, de forma que sacan además el mejor partido a la misma.

Al ser programables, aumentan también el confort. La temperatura del hogar puede ser regulada para que sea la adecuada en un horario programado, de manera que al llegar al hogar, éste ya se encuentre a la temperatura deseada.

Los modelos más novedosos se consideran termostatos inteligentes e incluyen detectores de presencia, geolocalización móvil o sensores de luz natural, que aumentan aún más los valores de eficiencia.

¿Todavía no tienes un termostato digital? La eficiencia de tu sistema de climatización depende de ello.

Imagen: ©Zsolt Biczó/DollarPhotoClub

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