Pero nada más lejos de la realidad. Ahora se consume mucho más papel que antes. Basta con pulsar un botón para que se convierta en papel aquello que tenemos en pantalla, sin preocuparnos siquiera de poner papel en la impresora. Es tan fácil que no nos preocupamos de si imprimimos algo que tenga algún valor o si está a medias. Si hay algún error se corrige y se vuelve a imprimir. No tiene ningún valor.

Paradójicamente, la época de las máquinas de escribir ha resultado ser mucho más eficiente en el uso de este recurso, ya sea por la dificultad de volver a escribir un texto. Entonces se tenía cuidado de escribir lo correcto, no olvidar nada y no tener que volver a rehacerlo, simplemente por el esfuerzo que suponía.

Aquí van algunas medidas para minimizar el consumo de papel y sus consecuencias:

– Leer en pantalla cuando sea posible, sobre todo los correos electrónicos. Sólo imprimir lo que sea imprescindible. Si no vemos bien el texto, éste se puede ampliar. Y algunos programas permiten poner el fondo oscuro y la letra clara para que sea más relajante para muchos usuarios.

– Imprimir a doble cara y reduciendo el tamaño. Muchas impresoras permiten imprimir a doble cara de forma automática, dejemos este modo seleccionado por defecto. Las que no permiten hacerlo suelen tener asistentes que nos ayudan a hacerlo de forma manual, de modo que imprimen sólo las páginas pares y las impares, volvemos a poner el taco de papel e imprimen por la otra cara las que faltaban. Para reducir el tamaño tienes varias vías: mediante el tipo y tamaño de la fuente, configurando márgenes estrechos, mediante la opción de la impresora de reducir el tamaño del documento, etc.

– Imprime en modo borrador cuando sea posible. Este modo evita consumo de tinta o toner, aunque la calidad del acabado es peor. Esta opción está en la configuración de la impresora: dejémosla por defecto para evitar descuidos.

– También se puede asignar una bandeja de la fotocopiadora al papel usado por una cara. Este papel nos puede servir para copiar borradores u otros documentos que sean para uso personal.

– Utiliza papel reciclado y ecológico. El primero aprovecha papel ya utilizado y evita la tala de árboles. El segundo evita el uso de sustancias tóxicas empleadas para el blanqueo del papel.

– Por último, deposita el papel ya utilizado y sin valor en el contenedor adecuado para que se recicle y vuelva a estar preparado para nuevas impresiones.

Fuentes: Elaboración propia / flickr.com

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