La energía eólica en la Argentina

Desde hace tiempo el Gobierno de la Nación está comprometido con las energías limpias dando pasos en esa dirección,  como prueban los dos programas GENREN o  la reciente noticia de negociación por parte de la Secretaria de Energía para contar con nuevas inversiones para establecer parques eólicos en la Patagonia. En esa línea de inversiones, recién conocíamos que inversores de China aportarán 300 millones de dólares para la ampliación del Parque Eólico Arauco en 104 megavatios en una etapa inicial.

Y es que a pesar que la energía eólica en Argentina consigue ahorrar al país un promedio de 196 mil dólares por día en importaciones de derivados de los hidrocarburos y una reducción total de 680.000 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera.

Sin lugar a dudas, una de las experiencias más exitosas en este sector en la Argentina ha sido la del Parque Eólico Rawson, ubicado en Chubut, que desde que arrancara en 2012 ha conseguido ya superar el millón de MWh de generación de energía limpia. Hasta finales de 2014, este parque habría ahorrado 180 millones de dólares en importaciones de combustibles fósiles.

Por otro lado, los beneficios de la energía eólica en Argentina no sólo son medio ambientales y de ahorro para las arcas de la nación, sino que de aprovecharse al máximo contribuiría a la creación de 60.000 puestos de trabajo. Bastaría con montar 1.000 MW de potencia por año si se hiciera en tramos de 10 MW, aunque para ello hubiera que importar los propios molinos porque la industria interna no fuera capaz de dar respuesta a esa demanda.

Por todo ello, desde el Gobierno existe un compromiso de fomentar la energía eólica en Argentina. En este sentido, si la actual capacidad de generación de energía del Parque de Comodoro Rivadavia, Antonio Morán y Cerro Arenales es de 17.060 Kw los planes pasan por ampliarla hasta los 25.400 Kw.

No sólo eso, sino que a través de diversas medidas legislativas, como la ley Nº 25.019 de “Régimen Nacional de Energía Eólica y Solar” se persigue ofrecer garantías jurídicas para todo aquel que invierta en la tecnología para energía eólica.