Hablamos de lluvia ácida cuando la lluvia, nieve, niebla o el granizo contienen cantidades más altas de lo normal de ciertas partículas contaminantes: ácidos nítrico y sulfúrico.

Pero, ¿qué es la lluvia ácida exactamente? Cuando se emite a la atmósfera dióxido de azufre (SO2) y el óxido de nitrógeno (NOx) y estos se mueven a través del aíre reaccionan con el oxígeno, el agua y otros elementos químicos, formando ácido nítrico y sulfúrico.

Estos compuestos se mezclan con el agua de las nubes y acaban cayendo a la tierra, dañando gravemente las zonas afectadas y perjudicando tanto la fauna y la flora del lugar.

Todos nosotros vivimos rodeados de sustancias como el monóxido de carbono, el ozono, polvo, etc, ya sean de origen natural o por la actividad del hombre, pero si el nivel de esas sustancias aumenta puede suponer un peligro, ya que los mecanismos habituales de la naturaleza para eliminarlas no son suficientes.

¿Qué es la lluvia ácida?¿Qué es la lluvia ácida?

¿Cómo se mide la lluvia ácida?

La lluvia ácida se mide utilizando una escala llamada «pH» que mide cuánto de ácida o básica es una sustancia y varía de 0 a 14. De este modo, un pH de 7 es neutro; si es inferior a este valor es ácido y si es superior, es básico. El agua pura tiene un pH de 7.0.

Sin embargo, la lluvia normal es un poco más ácida, debido a que el dióxido de carbono (CO2) se disuelve formando un ácido carbónico débil. En consecuencia, el pH resultante estará comprendido entre 5 y 6.

Sedimentación seca y húmeda

Asociados al fenómeno de la lluvia ácida se encuentran la sedimentación húmeda y la sedimentación seca. La primera se da en áreas donde abunda la lluvia, la niebla y la nieve ácidas. En este caso las partículas contaminantes terminan depositadas en la superficie del suelo y pueden afectar a plantas y animales del entorno. El daño depende, principalmente, de la cantidad de contaminantes.

Por otra parte, la sedimentación seca aparece en el polvo y el suelo en zonas de climas secos, donde puede adherirse a los coches, los edificios o las plantas, sin ser llevada por el agua. Cuando llueve se ven arrastrados por el agua y produciendo una mezcla más ácida. Se calcula que la mitad de la acidez en la atmósfera vuelve a la tierra en forma de sedimentación seca.

La lluvia ácida es un problema medioambiental grave que amenaza a los lagos, ríos y bosques de nuestra naturaleza. El primer paso para contribuir a reducir el riesgo de la lluvia ácida es comprender las causas que dan origen a este fenómeno y tratar de evitarlas.

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