El binomio energía y calidad de vida

Hace unos días estuve en un acto de presentación de un libro titulado “el sector energético español y su aportación a la sociedad”, y lo que me interesa resaltar es que en un acto donde estaba presente representantes de todo el sector energético, se hablase con naturalidad, en un foro así, de lo que no suele ser muy habitual, de los aspectos sociales, es decir de lo que preocupa al ciudadano, al consumidor. Lo normal es hablar de tecnología energética,  de aspectos  económicos y/ o regulatorias y del mal trato que tiene el sector energético por parte de autoridades, etc.

En mi modesta opinión este es un buen inicio  hacia un mejor entendimiento entre la oferta y la demanda de los servicios energéticos, es decir entre las empresas y sus clientes. Hasta hace no mucho los clientes, para algunas empresas, éramos simplemente abonados, ahora somos clientes-consumidores y además entramos a formar parte de las preocupaciones de las empresas a través de la Responsabilidad Social Corporativa.

 Volvamos al libro, en el capítulo 1.3, se aborda “el binomio energía y calidad de vida” que es lo que quiero resaltar. Ahí se pone de manifiesto como existen unas brechas inmensas, yo diría insalvables, entre la renta de los países ricos y pobres, incluso entre los de unas Comunidades Autónomas Españolas y otras, por ejemplo el País Vasco tiene el doble de Renta per cápita que Extremadura. Esto lo digo al hilo de que en otras ocasiones hemos dicho que existe una  estrecha correlación entre el consumo de la energía y la renta per cápita. Pues bien, la primera conclusión que se ocurre es que las rentas más bajas tendrán mayores dificultades para acceder a los servicios modernos de la energía.

Otro aspecto que también quiero destacar es que si vemos el tipo de energía que se consume en función del nivel de ingresos, se observa como a menor renta más uso de la biomasa tradicional, La Agencia Internacional de la Energía dice que el uso ineficiente de la biomasa provoca la muerte prematura de 5 millones de personas al año, segunda conclusión a mayor renta mayor uso de los servicios energéticos modernos, es decir, electricidad, GLP, productos del petróleo, etc., más seguros y más eficientes.

Por otra parte, también  se deduce que el concepto calidad de vida, no es algo que podamos definir y cuya definición nos sirva para comparar distintos países o distintos grupos de personas, serviría únicamente para grupos homogéneos. Ya sabemos lo que ocurre cuando hablamos en genérico en términos de medias, cuando decimos, en España se tiene una renta media de 24.400 euros brutos, estamos ocultando que según los últimos datos más de la mitad de los españoles viven con menos de 1.000 euros al mes, lógicamente otros viven  con más para que salga la media. La energía que pueden consumir unos u otros a priori es muy diferente, por ello  algunos de los de menos de 1.000 euros tienen dificultad para pagar las facturas de la energía. Pero como dijimos en otro post, esto no es un problema de la energía es un problema de renta, es un problema de la “pobreza” en la que nos ha metido la crisis.

Finalmente, quiero concluir diciendo que gracias a la energía vivimos bastante mejor, los que tenemos la suerte de tener acceso a la energía, bien porque disponemos de renta suficiente y además tenemos físicamente acceso a la misma, pero esto no nos debe tapar una realidad patente, hay muchas personas en el mundo y a nuestro alrededor que o bien no tienen acceso físico a la energía y a lo mucho que aporta para el bienestar o no disponen de renta, aunque las redes eléctricas, las gasolineras o las conducciones de gas estén en la puerta de sus casas.

Estos  últimos son los que nos preocupan a Energía sin Fronteras y por eso insistimos ante los organismos públicos y ante las empresas energéticas de que los tengan en cuenta, para  que la calidad de vida de estas personas pueda mejorar usando la energía de forma sostenible y pudiendo acceder a ella y aprovecharse de todos los beneficios que reporta.