En España se estima que el consumo industrial y doméstico, incluyendo además la gestión hidrológica y la demanda agraria puede representar un 5% del consumo energético total.
Dos actividades relacionadas con el agua son especialmente consumidoras de energía: la desalación y la depuración de aguas residuales.
España tiene una larga historia en la desalación: ya en los años 60 se empleaba esta tecnología en las Islas Canarias y actualmente existen en España alrededor de 1.000 desaladoras funcionando.
La técnica más extendida en la actualidad para la desalación es la ósmosis inversa que consiste en bombear agua a alta presión a través de membranas semipermeables que separan agua y sal. El consumo de energía de las bombas en estos procesos es directamente proporcional a la salinidad del agua.
Se considera que el consumo medio de una planta desaladora de agua en España es alrededor de 4,9 kWh/m3 y a nivel nacional la desalación es responsable aproximadamente del 1% del consumo energético total, equivalente a mas de 17.000 lámparas de bajo consumo encendidas constantemente.
En Lanzarote, donde la casi totalidad del agua para consumo humano proviene de las desaladoras, una gran parte de la energía consumida en la isla se debe a estas plantas.
Y ¿cuánta energía se necesita para depurar el agua en una ciudad?
En la depuración de aguas residuales urbanas se utiliza una combinación de tecnologías dependiendo de las características del agua a tratar, pero en todas las instalaciones será necesario realizar un pretratamiento, para eliminar elementos gruesos, una decantación, un tratamiento de los lodos generados y finalmente un tratamiento biológico para una limpieza más fina del agua. Esta última fase es la que mayor consumo energético supone, con más de la mitad de la energía consumida en toda la planta.
La potencia total de los equipos instalados en las plantas depuradoras en España es de 305 MW, similar a la de una gran central térmica de producción de electricidad y, de la misma manera que la desalación del agua, la depuración también representa un 1% del consumo energético nacional total.
Sin embargo, las plantas depuradoras también se pueden convertir en centrales de producción de energía, como en el caso de las de Canal de Isabel II en Madrid.
Si además se tienen en cuenta otros procesos como el bombeo o la potabilización del agua, necesarios para nuestro consumo diario, se puede ver como el sector del agua es un gran consumidor de energía.
Por todo ello y por muchísimas otras razones, necesitamos tratar el agua con mucho cuidado en nuestras casas, ¡acuérdate de esto cuando abras el grifo la próxima vez!
Fuente: elaboración propia / idae.es / flickr.com
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