La energía geotérmica es la almacenada en forma de calor por debajo de la superficie sólida de la Tierra. A través de procesos que interactúan con el agua subterránea, se desprende aire caliente a alta temperatura, originando sistemas geotérmicos.
Nuestros antepasados hacían uso de las fuentes termales que llegan hasta la superficie de la Tierra en varios lugares del planeta. La explotación industrial de la energía geotérmica empezó en el siglo XIX, pero todavía estaba lejos de las tecnologías actuales que permiten el uso variado de energía del subsuelo.
La clasificación de los tipos de recursos geotérmicos se basa en el nivel de temperatura:
Los de muy baja y baja temperatura corresponden a la geotermia somera, conocida también como geotermia de baja o muy baja entalpía.
Los sistemas geotérmicos incluyen tres elementos o subsistemas principales:
Existen dos tipos de sistemas de captación: captación vertical y captación horizontal.
Debido a que la captación horizontal está indicada para pequeñas potencias y requiere de suficiente espacio, su uso está limitado. Sin embargo, sistemas geotérmicos de captación vertical están adquiriendo una gran importancia.
Consisten en una o varias perforaciones verticales cuyas profundidades oscilan entre los 80 y los 150 metros en las que se introducen las sondas – transmisores verticales del calor de subsuelo. Para ofrecer una máxima seguridad, la sonda geotérmica debe cumplir con una serie de requisitos de calidad del material y del proceso de fabricación.
Los sistemas geotérmicos verticales son de dos tipos:
En el interior de los circuitos cerrados pasa un fluido caloportador que realiza el intercambio, generalmente con el suelo, aunque también se puede realizar con una masa de agua.
Con una sonda geotérmica, de 100 a 150 metros de profundidad, se puede calentar una vivienda unifamiliar sin calefacción adicional aún en los días más fríos del invierno y abastecerla de agua caliente sanitaria. La misma sonda que aporta el calor a la vivienda se utiliza para refrescarla en verano recuperando la temperatura del terreno.
Dependiendo de la cantidad de energía térmica que permite obtener del subsuelo, los sistemas de climatización por geotermia se dividen en dos: de alta entalpía y de baja entalpía.
Hoy día la utilización de geotermia de baja entalpía está adquiriendo una gran importancia. Cada día más personas y empresas optan por este tipo de energía calculando las ventajas que puede aportar a medio-largo plazo. Entre las ventajas de la utilización de geotermia podemos destacar la reducción importante de los niveles de CO2 e importante ahorro de energía.
En comparación con los sistemas clásicos, la instalación geotérmica permite reducir el consumo de energía entre un 30% y un 70% en modo calefacción y entre un 20% y un 95% en modo refrigeración.
Los científicos han calculado que el calor contenido en los primeros cinco kilómetros de la superficie terrestre equivale a alrededor de 500.000 veces la actual demanda mundial de electricidad, lo que hace más atractivo el desarrollo de la energía geotérmica.
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