Ubicado en el sur de Colombia, en plena selva amazónica, Puerto Nariño logró la certificación de Calidad Turística otorgada por el gobierno de Colombia en 2012 y con ello marcó el inicio del turismo sostenible en la región. 5 años después, el pueblo mantiene su certificación y vive, en gran parte, gracias a la promoción de su riqueza cultural, económica y ecológica, al tiempo que cuida de su integridad.
El turismo sostenible es una tendencia en crecimiento, se trata de una respuesta a la búsqueda de nuevas experiencias y nuevas culturas respetando la integridad ecológica, económica y cultural de los lugares que se visita. En 2016, según la Organización Mundial del Trabajo más de 1,200 millones de personas viajaron con el objetivo de hacer turismo sostenible. Por la riqueza y posibilidades de crecimiento que trae consigo, en muchos países se realizan grandes esfuerzos para promover y generar este tipo de turismo que incentiva el respeto a la riqueza cultural, ecológica y social del destino. En Colombia, un ejemplo lo constituye Puerto Nariño, a dos horas en bote de la ciudad más cercana, Leticia, en el Amazonas colombiano.
En el sur de Colombia, en medio de la selva amazónica, se encuentra Puerto Nariño. Su economía está basada en el ecoturismo, la pesca y el cultivo de cereales básicos para autoconsumo; su población es principalmente indígena, conformada por miembros de los pueblos Ticuma, Cocoma y Yagua.
La certificación obtenida fue producto del trabajo coordinado de organismos gubernamentales, especialistas de la Universidad Externado de Colombia y los pobladores de Puerto Nariño. Los habitantes aprendieron sobre turismo sostenible y las consecuencias positivas que podía dar al pueblo, y generaron múltiples proyectos (ambientales, socioculturales y económicos) para cumplir con los requisitos de sostenibilidad que exigía el distintivo.
Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo sostenible reporta grandes beneficios, mejora la calidad ambiental y reduce problemas ecológicos y socioculturales, entre otros. Para Puerto Nariño la certificación ha traído, además, cambios positivos como:
Además, los buenos resultados obtenidos abrieron camino para otros proyectos colombianos que buscaron y lograron la certificación como el Centro Histórico de Cartagena, el Parque Arví en Medellín, la Playa La Aguada en el Parque Nacional Natural Utría y la Playa Palmera en el Parque Nacional Natural Gorgona.
El respeto por la naturaleza y la conciencia ecológica son cada vez más importantes en las decisiones de los viajeros, un 40% de ellos está dispuesto a realizar viajes ecoturísticos. Esa búsqueda de una experiencia completa es lo que Puerto Nariño identificó como un atractivo en sí mismo, uno que reunía a todos los otros (ecológicos, culturales, sociales) para darle renombre nacional y reconocimiento internacional.
Después de todo, en Puerto Nariño no hay automóviles (y con ello, se reduce en gran medida una de las consecuencias del turismo en el medio ambiente); existe la selva, el río Amazonas y un pueblo que se ha unido en el respeto de la naturaleza y sus tradiciones culturales para darles a los viajeros esa experiencia única que lo hace un destino turístico diferente y digno de visitar.
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